VIBES, patrocinado por Seguros Banreservas, fue anunciado como un espectáculo de danza urbana y de eso se trató, abundando el reggaetón, el dembow, el rap, la electrónica y el hip hop, aunque incluyó también algunos números de bachata, folklore y hasta ¡un mini Juan Luis Guerra en merengue, con todo el escenario en tono abeja! Pero las elaboradas coreografías, los infinitos cambios de vestuario y los centelleantes efectos audiovisuales que venían asociados a cada uno de los 20 temas presentados, lo convirtieron en una fiesta para los sentidos.
Y no era para menos. Enterarme de que tanto la producción como la coreografía estuvieron a cargo de Víctor Osvaldo Heredia (Chuky), me provocó una sonrisa de satisfacción y una lágrima de alegría. La primera, porque Chucky es perfeccionista en todo lo que hace y lo evidenció aquí una vez más, y la segunda, porque el show integraba a bailarines de diferentes centros, en su mayoría de la compañía DNI Dancer Studio, dirigida por Chucky, cuya escuela opera desde el barrio Cristo Rey en la capital dominicana, con jóvenes y niños de escasos recursos económicos. En el lujo del escenario eso pasa desapercibido, pero el impacto de la labor social de Chucky le confiere a este trabajo un valor muy especial.
Así las cosas, no es justo que una producción de danza dedicada a las nuevas generaciones, con tanta inversión de recursos, con tanto talento y con tanta calidad se dé por terminada con solamente dos funciones. ¡El público se merece varias funciones adicionales!
No hay comentarios:
Publicar un comentario